El aspecto exterior del Coliseo va a cambiar después de la decisión del ayuntamiento de Roma, aprobada unánimemente: una gran red cubrirá los diez arcos del lado norte del Anfiteatro Flavio a fin de contener la caída de los fragmentos de mármol travertino de su fachada.
Habrá que acostumbrarse pues a este «nuevo look» del Coliseo, tal vez no es lo que los turistas esperan pero en todo caso lo mejor para el mantenimiento de este monumento.
El lado norte del viejo anfiteatro, el único que se conserva en su totalidad, es también el que se encuentra más cerca de la Via dei Fori Imperiali. La decisión de instalar una red anti-caída allí reduciría la extensión de la llamada «zona roja», una franja hoy de diez metros por la que hasta ahora no se podía circular.
La decisión, por tanto, parece tener más en cuenta las necesidades de transporte público y el sector turístico, que la estética del monumento más visitado de Roma. La Superintendencia de Patrimonio Cultural ha asegurado que hará lo posible por que el impacto estético sea el menor posible.
En cualquier caso, se trata de una operación muy delicada por eso la municipalidad movilizado a sus ingenieros técnicos más expertos para estudiar una alternativa lo más compatible posible con el decoro del monumento, averiguar el modo de anclar el monumento con un sistema que no dañe la estructura, que sea funcional pero no demasiado visible, etc. La cosa parece que va para largo pero lo más probable es que los que viajen a Roma este verano ya se encontrarán con un Coliseo «enredado».