Los museos de Roma esconden tesoros que, lejos del bullicio y las prisas de la ciudad, pueden cautivarnos y abstraernos por completo. Obras maestras que alcanzan lo más hondo de nuestros sentidos, como el famoso Gálata Moribundo (Il Galata morente), de los Museos Capitolinos.
Tal vez no sea la más conocida de todas, pero sin duda es una de las estatuas más sublimes de Roma. Representa a un esclavo capturado, en realidad una copia en mármol de una estatua de la época romana ya desaparecida.
Cualquier observador con alma sensible disfrutará y sufrirá a la vez admirando esta obra: la estatua muestra con increíble realismo a un guerrero celta moribundo que luce cabellera y bigote al estilo galo. La figura está completamente desnuda excepto por un torque al cuello, que indica su condición de siervo. Su rostro y su cuerpo reflejan su lucha contra la muerte, un guerrero negándose a aceptar su destino.
Hay otras copias de esta impresionante obra en varios museos de arte del mundo: Berlín, Cambridge, Praga, Dublín, Estocolmo y en varias ciudades de Estados Unidos. Sin embargo, ningún sitio como Roma, la capital del imperio que sometió a los galos, para disfrutar de ella.
El Gálata Moribundo se exhibe en el Palacio Nuevo (Palazzo Nuovo), la parte del museo más centrada en la escultura, que conserva destacadas obras del Renacimiento y varias antigüedades de la época griega y romana, la más famosa de ella es el Discóbolo de Mirón.
Más información: museicapitolini.org