Basílica de Santa María la Mayor

La Basílica de Santa María la Mayor (en italiano Basilica di Santa Maria Maggiore) es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y está considerada como la más grande de las iglesias dedicadas a la Virgen María en la ciudad. Su nombre refleja dos ideas de grandeza: por una parte la de «basílica mayor», en oposición a las basílicas menores, y por otro a la de la Virgen María.

En este lugar las fronteras entre el estado italiano y el Vaticano son difusas. Al ser una basílica patriarcal, Santa María la Mayor es usada a menudo personalmente por el Papa (aquí se celebra cada 15 de agosto la Fiesta de la Asunción de la Virgen) y, conforme a lo establecido en los Pactos de Letrán de 1929 entre Italia y la Santa Sede, la Basílica de Santa María la Mayor y su palacio anejo, al igual que las otras basílicas patriarcales romanas y sus palacios, forma parte del Estado Vaticano.

Al tratarse de una de las iglesias más antiguas de Roma, en su arquitectura están reflejados numerosos estilos y épocas, desde elementos peleocristianos hasta la elegancia del Barroco. Se podría decir que es un magnífico resumen de la historia del arte en la ciudad.

Según la leyenda, en el año 358 su perfil fue dibujado sobre la colina del Esquilino tras una gran nevada (por eso se le llama también Nuestra Señora de las Nieves). La basílica conserva el campanario, algunos mosaicos y suelos de mármol del periodo medieval así como elementos más antiguos como algunas columnas jónicas procedentes de otros edificios de la Roma clásica. Sin embargo, lo que más se ve es fruto de las modificaciones llevadas a cabo en el Renacimiento y el Barroco.

El exterior de la basílica está adornado con varios monumentos como la Columna Mariana, una fuente y la llamada «Salud de los Romanos», mientras que bajo su santuario se ubica la cripta de Belén donde se encuentran enterradas figuras destacadas de la historia católica.