Basílica de San Juan de Letrán

La Basílica de San Juan de Letrán (en italiano Basilica di San Giovanni in Laterano) es la Catedral de Roma y el lugar donde se ubica la sede episcopal del Obispo de Roma, que no es otro que el papa. Es la más importante de las cuatro basílicas mayores de la ciudad, y la más antigua de todas, ya que fue construida en el siglo IV en honor a San Juan Bautista.

Le debe su nombre al hecho de que el emperador Constantino decidiera levantar este templo en tierras que entonces pertenecían de la familia Laterani, que fueron expropiadas. La fachada que hoy vemos muestra una serie de añadidos y remodelaciones que han sido realizadas a lo largo de los siglos aunque el interior conserva su forma original con dos únicos añadidos de la época medieval: el basptisterio y el claustro.

Lo más espectacular es su imponente fachada, rematada en la parte superior con magníficas estatuas que representan a Jesucristo y varios santos, todas ellas esculpidas en el periodo barroco y cargadas de dramatismo y significado.

También las puertas de bronce entrada son dignas de que nos detengamos a admirarlas ya que son las mismas que abrían la entrada a la Curia romana. Una vez dentro, seguiremos asombrándonos con la decoración escultórica y los bellos mosaicos del suelo. Elementos que, sumados uno a uno, dan como resultado una de las más bellas iglesias de Roma.

En tu viaje a Roma la visita La Basílica de San Juan de Letrán es casi obligada, tanto por su valor monumental como por el importante papel que esta iglesia ha tenido en la historia de la ciudad. Hasta 1870 todos los Pontífices fueron investidos en ella y aun hoy el Papa celebra cada año en ella los oficios de Jueves Santo.

Como curiosidad, cabe destacar que, según una tradición que se remonta al siglo XVII, el canónigo de honor de San Juan de Letrán es el  presidente de la República Francesa.