Entre los numerosos edificios religiosos que adornan la ciudad de Roma, la Basílica de San Pablo Extramuros (Basilica di San Paolo fuori le Mura) ocupa una posición privilegiada, no solo por ser una de las cuatro basílicas mayores de Roma y la segunda en tamaño por detrás de la de Basílica de San Pedro, sino también por albergar, según la tradición, la sepultura del apóstol San Pablo.
La misma tradición cuenta que los seguidores del apóstol levantaron en este lugar un santuario hasta que, en el siglo IV, con el final de las persecuciones a los cristianos en Roma, se inició la construcción de esta grandiosa basílica.
Aun así, lo que hoy vemos cuando visitamos la basílica es la reconstrucción que se realizó en el año 1823 después del terrible incendio que consumió el edificio original en el que desaparecieron gran parte de los tesoros artísticos que aquí se guardaban. Un bello templo neoclásico con una altura de casi 30 metros, un atrio rodeado de 150 elegantes columnas y presidido en el centro por una gran estatua de San Pablo.
Pero lo que sobrevivió a aquel desastre ya es motivo suficiente para que nos animemos a visitar este majestuoso templo, incluso cuando se ubica alejado de los clásicos lugares turísticos y puntos de interés en Roma.
La tumba de San Pablo
Justo donde se ubica un delicado baldaquino de mármol del siglo XIII se ubicaría, según la tradición, la tumba del apóstol San Pablo. En el año 2006 el Vaticano inició unas excavaciones en este punto donde fue hallado un sarcófago que contendría los restos del santo.
Por desgracia para creyentes y peregrinos el sarcófago permanece en su lugar, bajo tierra, a la espera de que se decida exponerlo al público, dejarlo allí o buscarle una nueva ubicación. Así que de momento resulta imposible ver la supuesta tumba de San Pablo en nuestra visita a la basílica.
Horario
Todos los días: de 6:45 a 18:30 horas
Precio
Entrada gratuita
Direccion
Piazzale San Paolo, 1
Como llegar
En Metro: Estación Basilica San Paolo, línea B - En Autobús: líneas 23 y 271