Durante años, miles de parejas han sellado su amor colgando un candado cerrado con sus nombres escritos en las barandillas del Puente Milvio, emulando a los personajes de la novela «Tres metros sobre el Cielo» de Federico Moccia. El ritual consistía en cerrar el candado y arrojar la llave al Tíber.
Pero las autoridades de Roma se han visto obligadas a poner fin a esta costumbre, que ya se había hecho famosa entre los turistas. Hace unos años una de las farolas del puente se cayó, debido al peso de los cientos de candados que soportaba y otros problemas similares han precipitado la decisión de acabar limpiando el puente de candados.
Las imágenes pueden herir la sensibilidad de los más románticos y de aquellos que sellaron su amor en este puente, porque el ayuntamiento ha retirado todos los candados que estos días permanecen apilados como chatarra junto a él, en espera de que se tome la decisión de qué hay que hacer con ellos.
Unos apuestan por venderlos al peso, otros como curioso souvenir de la ciudad, y dedicar los ingresos a obras sociales, mientras que los más respetuosos opinan que deberían ser expuestos en algún museo, tal vez en el Museo Nacional de Artes y Tradiciones Populares.
En cualquier caso, parece que tanto romanos como turistas tendrán que decir adiós a los candados de Puente Milvio, que se habían convertido en una moda entre los amantes a raíz de al publicación del libro y el éxito obtenido. ¿Dónde irán los amantes de la Ciudad Eterna a jurarse amor eterno el próximo 14 de febrero?