¿Cómo celebran los romanos el año nuevo? Bueno, sabemos que los habitantes de la Ciudad Eterna son fieles a sus tradiciones como la de comer lentejas pasada la medianoche. Todo el mundo lo hace. En cambio, son menos los que se atreven con esta otra tradición: los saltos de año nuevo a las frías aguas del Tíber.
La primera mañana del año, cuando sale el sol y se apagan lentamente los ecos de la fiesta de fin de año, son muchos los que se agolpan en las orillas cercanas al Puente Cavour. Vienen a animar y aplaudir a los valientes que se disponen a recibir el año saltando desde él y zambulliéndose en el río.
Esta tradición se inició en el año 1946, en la destartalada Roma de la postguerra. Aun no se sabe por qué, un nadador se lanzó desde este puente al agua para demostrar sus habilidades y, quién sabe, ganar tal vez una apuesta. Las versiones se contradicen. Lo cierto es que muchos se animaron a seguir su ejemplo los años siguientes hasta convertir estos saltos en un clásico ritual del 1 de enero en la capital italiana.
A pesar de entrañar ciertos peligros (por ejemplo la profundidad varía mucho de año en año, dependiendo del régimen de lluvias y otros factores) el grupo de saltadores es cada año más nutrido. No se sabe si a esos valientes saltadores les impulsa la fuerza de la tradición, la superstición, las ganas de lucirse o el afán de superación, pero ahí están , año tras año, esperando su turno en el puente.
Si vas a pasar tu capodanno o Nochevieja en Roma, guarda fuerzas para asistir a este singular rito de año nuevo junto al río. Un bonito espectáculo para empezar el año.