Lentos como tortugas pero pesados como elefantes. Los autobuses turísticos se están convirtiendo en una auténtica pesadilla para el ya de por sí congestionado tráfico de la ciudad de Roma. Es posible que hayas utilizado alguno de estos buses en tu viaje a Roma, pero los romanos, en especial los conductores, los aborrecen.
Es cierto que no toda la ciudad está preparada para que circulen estos vehículos. por algunos callejones entran casi milagrosamente, ralentizan el tránsito, se detienen más de lo permitido en las zonas autorizadas… El ayuntamiento, harto de las quejas de sus ciudadanos, trató el año de poner fin a este caos imponiendo severas medidas a los conductores de estos vehículos, pero el resultado aun no se ha visto.
Pero hay una zona de la ciudad donde la situación es peor que en el resto: el área alrededor del Vaticano, más concretamente la Via della Conciliazione, la larga calle que conduce hasta la Plaza de San Pedro desde la orilla del Tíber. Esta calle padece constantemente la invasión de estos autobuses que estacionan anárquicamente y se saltan todas las normas de tráfico suponiendo un importante riesgo para los peatones.
La Via della Conciliazione es la arteria principal de un distrito de la ciudad donde viven 70.000 personas pero que cada día recibe hasta 500.000 visitantes, con la consiguiente avalancha de tráfico encabezada por una legión de autobuses turísticos.
Las autoridades creen que no queda más remedio qu eimponer mano dura con la presencia de patrullas de la policía en la zona de los Museos Vaticanos y en la Via Cola di Rienzo, atosigando a los conductores de estos autobuses y obligándoles a respetar la ley bajo pena de fuertes sanciones.