Santa Claus, o Papá Noël, cambió por un día su trineo y sus renos por la bicicleta. Fue esta semana en Roma, una iniciativa promovida por el movimiento #salvaiciclisti, que consiguió hacer desfilar por las calles de la capital italiana a centenares de ellos hasta la calle San Francesco di Sales para visitar un centro de acogida para niños enfermos. Todos se asombraron de ver llegar a Santa Claus en bicicleta, el Babbo Natale a dos ruedas y multiplicado por mil.

Cientos de Santa Claus en bicicleta invaden Roma
El segundo objetivo de esta peculiar cabalgata navideña era concienciar a los romanos de la necesidad del uso de la bicicleta como transporte público, más saludable y respetuoso con el medio ambiente y el patrimonio histórico-artístico de la Ciudad Eterna, que sufre más de lo debido con el humo de los coches y las vibraciones del tráfico rodado.
Estos Santa Claus en bicicleta acabaron su desfile por la ciudad en la Plaza de San Pedro, un escenario de lujo donde fueron aplaudidos y fotografiados por los turistas. Nadie puede decir que en Roma no se respire estos días auténtico ambiente navideño.
Sin embargo, la historia del Babbo Natale cuenta con ingredientes genuinamente italianos. Para descubrirlos tendríamos que viajar desde Roma al sur del país, a la ciudad de Bari, donde según se dice reposan los restos mortales de San Nicolás, el verdadero Santa Claus.
En Italia se cuenta que San Nicolás, en su afán evangelizador, repartía regalos entre los niños y los más necesitados durante las fechas navideñas para recordar que Dios había nacido. En uno de los hogares de Bari que visitaba, el Babbo Natale introdujo dinero en los calcetines de tres niñas que estaban colgados frente a la chimenea para secarse. Ahí nació la tradición de poner un calcetín en la chimenea la víspera de Navidad, aunque sospechamos que en cada país debe haber una tradición diferente para explicar el origen de los Santa Claus, en bicicleta o en trineo, qu ereparten regalos cada Navidad.