Sería un pecado viajar a Roma y no disfrutar de la aventura de la deliciosa gastronomía de la ciudad. Y es que comer en Roma es una experiencia increíble, el descubrimiento de una cocina tradicionalmente popular, elaborada con ingredientes sencillos pero cocinados con mucha imaginación y fantasía.
En los restaurantes de la capital italiana podremos encontrar también platos de otras regiones del país como la Toscana, Lombardía, Liguria o Sicilia, aunque lo más adecuado es probar las delicias genuinas de la Ciudad Eterna.
De hecho Roma tiene su propia tradición, una de las más ricas de Italia, en la que se notan las influencias de la cocina hebrea (la comunidad hebrea de la ciudad es la más antigua del mundo), empezando por el cordero, que en los restaurantes de Roma recibe el nombre de abbacchio, uno de los platos más emblemáticos que comer en Roma.
Los romanos se caracterizan por su gusto por los sabores y los aromas fuertes. Una comida romana típica se compone de:
- Antipasti o entremeses
- Un primer plato, que puede ser alguna sopa o risotto.
- Un segundo plato, de carne o pescado, con su contorno o guarnición.
- Postre: fruta o algún dolce.
Las otras comidas son más ligeras. El desayuno suele consistir en un café espresso acompañado de alguna pasta, como en España; a media mañana o por la tarde se puede tomar un capuccino. En cuanto a la cena, es una versión ligera de la comida del mediodía.
Importante: aunque las costumbres italianas y españolas son muy parecidas, el horario de las comidas es algo distinto: la cocina abre antes y cierra también antes, es bueno saberlo para no quedarse un día sin comer en Roma con las puertas de los restaurantes cerradas.