Es lógico que una ciudad milenaria como Roma, capital del mundo durante siglos y aun hoy capital de la Cristiandad, esté llena de rincones secretos y tesoros escondidos. Cada fuente, cada piedra, cada esquina guardan una leyenda o una historia interesante. Uno de estos rincones es el del puente que cruza el Tíber conocido con el nombre de Acqua Toffana.
El Acqua Toffana es un veneno legendario. A inicios del s. XVII, cerca del puente Mazzini en la parte que toca el Trastevere, vivía una famosa prostituta originaria de Palermo cuyo nombre era Giulia Toffana. Ella inventó este veneno con una vieja receta siciliana que acabó tomando su nombre.
Giulia Toffana afirmaba que su bebedizo mortal era el remedio definitivo para liberar a las mujeres de la tiranía de sus maridos a través de un veneno que mataba instantáneamente, apenas sin dolor y, lo más importante, sin dejar huellas que pudieran inculpar a las esposas. Se dice que ella y su hija participaron de este modo en el envenenamiento y muerte de más de 600 hombres romanos. Cuando se descubrió la trama la vieja Giulia ya había fallecido, pero su hija Girolama Spera, conocida como «l’astroliga della Longara», pagó por todos los crímenes siendo ajusticiada en Campo dei Fiori.
El Puente de Mazzini que une via della Lungara con via Giulia fue proyectado por los ingenieros Viani y Moretti. Su construcción se inició en 1904 y se terminó en 1908. Todo el mundo lo conoce como l´Acqua Toffana.