El Nuevo Mercado de Testaccio ha abierto sus puertas en Roma este mes de julio. Sus dimensiones son, como explican las cifras, asombrosas: cinco mil metros cuadrados, de los cuales casi la mitad dedicados a servicios públicos, más de cien locales y cerca de seis mil metros cuadrados de aparcamiento subterráneo con espacio para 270 plazas coches.
Y claro, estamos en el legendario Monte Testaccio, por lo que tenemos también siete mil metros cuadrados excavados del enorme yacimiento arqueológico, que serán visitables en solo un par de años.
El Testaccio es uno de los más bonitos mercados romanos, y sin duda el más moderno. Quiere ser también un lugar de reunión y punto de inflexión para este distrito de la capital italiana.
El proyecto arquitectónico lleva la firma de Marco Rietti, abierto por los cuatro costados, con el espacio interior cubierto, protegiendo a visitantes y comerciantes del sol y de la lluvia, pero con paneles perforados que filtran la luz y el aire. Además, la estructura es casi totalmente autosuficiente desde un punto de vista energético, de conformidad con el código de normas para los edificios nuevos que se levanten en Roma.
A lo largo de los restos de una calzada romana aparecen todo tipo de comercios: los clásicas carnicerías y verdulerías pero también librerías o puestos de caramelos. Bajo sus pies se extienden los restos del viejo Testaccio imperial con cientos de ánforas con dos milenios de antigüedad.
Y es que ,para quien no conozca la historia, el Monte Testaccio nació a partir de un gran vertedero de la Antigüedad. Los barcos que llegaban al puerto de Roma traían aceite de oliva y otros líquidos valiosos dentro de ánforas que, una vez vaciadas, se rompían en este lugar, formando con los años una gran montaña de desechos.
De este modo, el nuevo mercado enlaza con una larga tradición comercial muy ligada a este lugar.