El Palacio de Castel Gandolfo es un edificio ubicado en la localidad del mismo nombre unos 20 kilómetros al sur de Roma pero que forma parte del territorio soberano del Vaticano. Se trata de la residencia veraniega oficial del Papa, un gran complejo que contiene también el Observatorio Vaticano y su gran telescopio en la azotea. Está rodeado de inmensos jardines y desde los balcones del palacio se observa la serenidad del lago Albano.
Una excursión a Castel Gandolfo es una excelente idea para escapar del ruido y el estrés de la capital de Italia. Aquí la vida transcurre a un ritmo más pausado, tal vez porque las quietas aguas del lago transmiten su serenidad a esta población y sus gentes.
No obstante la mayoría de turistas no acuden a las orillas del lago Albano a relajarse, sino para visitar la residencia papal, un elegante edificio del siglo XVII diseñado por Carlo Maderno (el artífice de la fachada de la Basílica de San Pedro) al cual, con el tiempo, se le añadieron algunos edificios colindantes y extensas tierras de cultivo convertidas hoy en jardines.
La localidad de Castel San Gandolfo pertenece a Italia pero las edificaciones no, ya que desde el Tratado de Letrán de 1929, firmado entre el entonces primer ministro italiano Benito Mussolini y la Santa Sede, éstas forman parte del Estado Vaticano. Hay que destacar que este palacio papal estuvo deshabitado desde 1870 hasta 1929, desde la unificación de Italia (a la que el Vaticano siempre se opuso) hasta la firma de dicho tratado.
Aparte de esto, otro de los motivos por los que merece la pena visitar Castel Gandolfo es la gruta artificial construida en la boca del cráter forma el lago Albano.