La mala fama, a veces inmerecida, de los italianos como informales e impuntuales, está a punto de cambiar para siempre. Al menos en cuanto a vuelos y retrasos se refiere, y de momento en el principal aeropuerto de la capital, el de Fiumicino. Y todo gracias a un nuevo sistema llamado A-CDM que, tras un año de prueba, se ha puesto en marcha.
Las siglas A-CDM se refieren a Airport -Collaborative Decision Making. Con él, el aeropuerto Leonardo da Vinci de Roma puede enviar información sobre el estado de todos los vuelos a operaciones de gestión de la Red Centro de Eurocontrol que la compartirá con otros aeropuertos conectados consiguiendo así optimizar su funcionamiento. Además de Fiumicino hay otros diez otros aeropuertos de Europa que tienen este sistema: Mónaco, Bruselas, París CDG, Frankfurt, Londres, Düsseldorf, Zurich, Oslo y Helsinki.
Esta plataforma común permite aumentar la eficiencia así como mejorar el flujo de la gestión del tráfico aéreo y la capacidad de los aeropuertos, reduciendo al mínimo los retrasos, la mejora de la previsibilidad de los acontecimientos y la optimización de los recursos. En definitiva, un mejor servicio para los viajeros.
Este importante resultado se ha logrado gracias a la estrecha colaboración entre los aeropuertos de Roma (tanto Fiumicino como Ciampino) y su labor junto a la Sociedad Nacional para el control y gestión del tráfico aéreo y Alitalia, la principal compañía aérea del país. Ahora ya no hay excusas para soportar incómodos retrasos en nuestros viajes a Roma.