Foro Romano

El centro del Imperio que domino todo el mundo conocido durante mil años se encuentra en el Foro Romano, el verdadero santuario de la Antigua Roma, visita imprescindible en tu viaje a la capital italiana. De aquella gloria pasada quedan muchos vestigiso aun, como el Palatino o el Coliseo, pero éste es el lugar donde se tomaban las grandes decisiones y se dirigían los destinos del imperio y sus gentes.

Sin embargo, la visita al Foro Romano puede resultar confusa y desconcertante si no se cuenta con una buena guía para entender cada monumento: las basílicas, los templos, la Curia del Senado, la Tribuna de oradores o la Casa de las Vestales. Solo quedan ruinas de todo eso, aunque las viejas piedras conservan el poder de transmitir la historia de la que fueron testigo estos escenarios.

La dilatada historia del Foro empieza en el siglo VI a.C. cuando el área donde se encuentra, que era una zona pantanosa, fue drenada. Su brillo desapareció con el Imperio, hasta las excavaciones del siglo XX que sacaron a la luz sus tesoros.

¿Qué podemos ver en el Foro Romano?

He aquí una breve lista de los importantes monumentos y edificios que se levantaron aquí, y de los que ahora quedan poco más que ruinas. El decálogo imprescindible del Foro:

1. Los dos Arcos de Triunfo , el de Severo Septimo pero sobre todo el de Tito que conmemora el triunfo de Tito sobre los judíos (año 70).
2. La Basílica de Majencio y sus imponentes estructuras
3. La Via Sacra, que comunicaba el Campidoglio con el Palatino.
4. El Templo de los Dioscuros (Cástor y Pólux)
5. La Casa de las Vestales, cuya visita nos permite recrear la vida de estas mujeres, las únicas sacerdotisas de Roma.
6. Las dos basílicas, Julia y Emilia, a ambos lados de la plaza.
7. La Columna de Foca, de época bizantina.
8. La Curia Romana, donde solía reunirse el Senado, por su espléndido estado de conservación. Ha llegado íntegra hasta nosotros porque sirvió de iglesia durante siglos.
9. La Tribuna de oradores o Rostra,  donde se pronunciaron los discursos que marcaron el destino de Roma.
10. El Templo de Julio César, que conserva el altar donde fue incinerado su cuerpo.