¿Quieres conseguir las mejores vistas de Roma? Si ese es uno de los objetivos en tu viaje a la Ciudad Eterna, nosotros te vamos a contar cómo conseguirlo: subiendo a lo más alto del Gianicolo, la célebre colina que se levanta sobre la margen derecha del río Tiber, justo encima del encantador barrio del Trastevere.
Si la tradición cuenta que Roma tiene siete colinas, Gianicolo es considerada la octava. Se trata de una especie de oasis urbano en el que refugiarse del ritmo frenético, a veces estresante, de la capital italiana. Y es que el paseo por el Gianicolo ofrece a romanos y turistas una inyección de calma, sosiego y belleza. Además de la fabulosa panorámica, destaca por sus importantes monumentos históricos, con sus antiguas iglesias, que deslumbran con sus cúpulas y campaniles.
Este lugar fue totalmente silvestre hasta la urbanización que se desarrolló, trepando por sus laderas, a partir del siglo XIX. Aparecieron entonces las hermosas villas palaciegas rodeadas de grandes parques que hoy vemos: Doria-Pamphili, que también es un destacado museo, Corsini y otras. Entre las construcciones históricas más importantes en Gianicolo podemos citar la Iglesia de San Pietro, en Montorio, inicialmente fundada como parte de un convento de monjes franciscanos y que actualmente puede visitarse. No menos recomendable es la visita a la Basílica de San Pancracio y el Convento de Sant’Onofrio.
La colina del Gianicolo está presidida por una elegante estatua ecuestre que representa al caudillo Giuseppe Garibaldi ,uno de los atrífices de la unidad italiana, que recuerda la defensa de la ciudad de los franceses desde esta colina a mediados del siglo XIX.