Si vas a pasar unas vacaciones largas en Roma debes reservar al menos un día para hacer una excursión a la vecina localidad de Ariccia, a unos 10 kilómetros al sur de la capital italiana, entre el lago Albano y la localidad de Genzano, famosa por sus alfombras florales en primavera. Nuestro objetivo: saborear la deliciosa porchetta, famosa en toda Italia.
Ariccia es otro de esos castelli romani, los pueblos del Lazio que rodean la ciudad de las siete colinas, meca de todos aquellos a los que les gusta el buen comer y beber, patria de la porchetta, uno de los platos más típicos de la zona centro de Italia.
Se trata de porciones de un cerdo entero asado en horno de leña y condimentado con hierbas aromáticas, sal y pimienta. El mejor sitio para degustarla es una de las numerosas y tradicionales fraschette, asadores rústicos llenos de encanto que encontramos en la localidad. Dar con ellos es fácil: basta dejarse llevar por el olfato.
La porchetta, sin embargo, se sirve a rodajas frías, como parte normalmente del antipasto, o también en pan, a modo de bocadillo. Nada que ver con el cochinillo de Segovia, por si alguien quería establecer algún paralelismo.
Para redondear la experiencia es recomendable visitar Ariccia en septiembre, cuando se celebra la Sagra della porchetta, una fiesta popular dedicada a este plato emblemático y una ocasión perfecta para degustarlo a precios más baratos.
Casi obligado es acompañar la porchetta del no menos famoso vino dei Castelli Romani, y acabar la jornada con un paseo que nos ayude a hacer la digestión por los otros tesoros del pueblo: el Palazzo Chigi, la Collegiata di Santa Maria Assunta o el gran puente construido hacia la mitad del XIX por iniciativa de Pio IX.