Aunque la Plaza de España de Roma ya es hermosa sin aderezos, no cabe duda de que hay ciertos elementos ornamentales que, además de embellecerla todavía un poco más, le confieren un carácter especial y que a su modo, modesto y elegante, se han convertido ya en iconos bien reconocibles de ella.
Uno de ellos son las deslumbrantes y alegres azaleas que en primavera florecen adornando con su olor y su fragancia la plaza más visitada de la ciudad. Este año se han hecho esperar y no han mostrado sus flores hasta el mes de mayo, pero la espera ha valido la pena.
Las fotografías que los turistas hacen a la emblemática escalinata de Trinità dei Monti quedarán más bonitas gracias a las azaleas que cubren sus flancos.
Ya el mes pasado tuvo lugar aquí una fantástica exposición de más de 500 azaleas (eso sí, cultivadas en invernaderos de San Sisto en la capital italiana) que cubrieron los escalones de la plaza con colores blanco, rosa y violeta. Se trata de una tradición que cumpla ya 75 años. La diferencia es que ahora las azaleas que muestran orgullosas su esplendor en la Plaza de España han florecido de forma natural.
La escalinata más famosa de Roma fue diseñada y construida en el año 1725 por Alessandro Specchi y Francesco de Sanctis, que idearon esta decoración a base de jardines dispuestos en terrazas, uno de as señas de identidad de la plaza. La escalinata se restauró en 1995 para que fuera más sencillas las labores de ornamentación que tienen lugar cada primavera y cuyos bellos resultados admiramos hoy.