Uno de los grandes problemas a la que se enfrentan las autoridades municipales de Roma es el mantenimiento y la conservación de su riquísimo patrimonio arqueológico e histórico. No es una cuestión menor ya que la Ciudad Eterna cuenta con innumerables tesoros y mantenerlos en perfecto estado cuesta mucho dinero.
Hasta que llegó la crisis los ingresos por turismo eran suficientes para sufragar los gastos derivados de la conservación del Foro Romano, el Panteón y los otros monumentos de la capital italiana; ahora, con las arcas municipales y estatales vacías, ha habido que recurrir al sector privado, en concreto a las grandes marcas de moda, otro de los activos de la economía del país.
La pionera de estas marcas fue Tod’s, dedicada a los productos confeccionados en cuero, que en 2011 destinó 25 millones de euros a la restauración del Coliseo. Dos años después seguiría su ejemplo la marca Diesel, que accedió a restaurar el emblemático Puente Rialto de Venecia destinando para tal fin nada menos que 5 millones de euros.
El ejemplo se ha extendido a otras localidades del país: en Solomeo, Umbria, la marca Brunello Cucinelli ha contribuido a restaurar muchos edificios históricos mientras que la Fundación Prada se prestó a financiar la restauración del palacio veneciano Ca’Corner Della Regina. De vuelta a Roma, la famosa marca Fendi destinó 2,5 millones de euros para la restauración de la famosa Fontana di Trevi.
Esta generosidad de las marcas tiene un por qué: estas empresas no solo reciben el reconocimiento de los ciudadanos sino que obtienen los derechos para exhibir su publicidad en los lugares que restauran. Nada que decir, lo importante es que podamos seguir disfrutando de estos tesoros en nuestros futuros viajes a Roma.