Uno de los muchos adjetivos que se pueden aplicar a Roma es el de «una ciudad dulce». Literalmente. Y es que, si hay algo por lo que se conoce a la capital italiana, además de sus monumentos y bellezas urbanas, es por su gastronomía, en la que la pastelería cuenta con una larga tradición.
Si tienes previsto visitar la ciudad te traemos unas cuantas propuestas deliciosas tan apreciadas por los turistas como por los propios romanos.
- Giolitti. Los que han visto la película «Vacaciones en Roma» no dudan en emular a Gregory Peck y Audrey Hepburn y se detienen en la emblemática heladería y pastelería Giolitti a tomar un gelato. Este histórico negocio se ubica cerca del Panteón y del Parlamento italiano y siempre está lleno de gente. Entre sus especialidades destacan los canoli sicilianos y una gran variedad de pasteles de frutas, trufas y cremas.
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- Pompi. Es una dirección obligada para los amantes del tiramisú. La pastelería Pompi fue fundada en 1960 como una heladería artesanal, hasta que los propietarios se especializaron en este postre y eso les llevó a la fama. Ahora, además de la receta tradicional (queso mascarpone, bizcochos y café) ha evolucionado en mil y una variedades entre las cuales la más demandada es la del tiramisú de fresa.
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- Blue Ice es un caso diferente: no es un negocio tradicional sino una cadena de heladerías (hay cerca de 20 repartidas por toda Roma) y todas ellas ofrecen innumerables sabores y texturas. Sus mostradores son un verdadero espectáculo además de una irresistible tentación para los más golosos.
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- Grom, la más moderna de las pastelerías-heladerías de nuestra lista, pero no por ello menos recomendable. Guido Martinetti y Federico Grom presumen de ofrecer cremas deliciosas y totalmente naturales, preparadas a la vista de los clientes. Sus creaciones, por tanto, dependen de las frutas y los productos de temporada. No dejes de probar la «crema de Grom», de huevos, galletas y trozos de de chocolate colombiano.