El yacimiento arqueológico del Coliseo parece infinito. Cada año los trabajos desvelan nuevos secretos del subsuelo romano. Esta vez las sorpresas no nos llevan a la época de los gladiadores, sino a las entrañas de la Roma medieval.
Y es que la Edad Media marcó una segunda vida para el Anfiteatro Flavio, lejos del esplendor imperial. Se trata de una historia relacionada con la presencia de los Frangipani, una poderosa familia que tuvo la osadía de enfrentarse al Papa en su propio feudo entre los siglos XII y XIII.
Es el resultado de los trabajos de excavación en el lado sur del Coliseo donde se ha hallado un sofisticado sistema para recoger y almacenar agua de lluvia por medio de canales a dos niveles: Una cascada de 50 cm servía para purificar el líquido qu ese almacenaba en una gran cisterna. Para los arqueólogos se trata de un valioso descubrimiento que arroja luz sobre el nivel de organización de la vida cotidiana en el Coliseo en aquellos años.
El Coliseo funcionó durante siglos como una gran casa de modernos okupas hasta que los Frangipani se hicieron cargo de su vigilancia y administración. Se ocuparon dos niveles del monumento, unas 18 galerías, y se fortificó el recinto. Se cree que el nombre de esta familia proviene de que distribuían alimentos entre los más necesitados (frangipane significa el italiano medieval «rompe panes, o «reparte pan»)
Las excavaciones están también sacando a la luz viejas estatuas, figuras de cristal de roca y algunos abalorios. Hoy es el Coliseo, mañana puede ser cualquier otra ubicación: el vientre de Roma sigue leno de tesoros que desenterrar.