Ostia Antica es uno de los yacimientos arqueológicos más extraordinarios de Roma, e injustamente poco conocido. tanto que apenas sale en las grandes guías turísticas, quedando restringido a solo aquellas que están orientadas especialmente a los viajeros inquietos y amantes de la historia.
Aquí encontramos las ruinas del antiguo puerto de la ciudad, unos 30 kilómetros al sur de Civitavecchia, que es considerado hoy como «el puerto de Roma».
La localidad de Ostia se halla a tan sólo media hora del centro de Roma en tren. Ostia Antica aparece ante nuestros ojos como una suerte de Pompeya tranquila, sin el ruido de las multitudes de turistas. De hecho, éste es un destino mucho más recomendable para los que desean examinar unas ruinas romanas auténticas y conservadas de forma excelente, sin prisas y sin molestias.
Ostia Antica fue el principal puerto del Imperio Romano, un testigo monumental del ascenso y esplendor de la gran superpotencia de la Antigüedad, su cumbre y su caída. En la época medieval Ostia Antica inició una lenta decadencia: fue abandonada poco a poco y perdió el acceso al mar.
Hoy en día, los visitantes pueden ver muchas ruinas de la antigua ciudad, incluyendo un teatro romano muy bien conservado, las Termas de Neptuno, los restos del campamento militar, varios templos dedicados a las deidades antiguas, el foro y hasta la Sinagoga de Ostia Sinagoga, la más antigua conocida en Europa. Además, el yacimiento contiene una gran variedad de viviendas romanas típicas, tiendas, apartamentos y almacenes, todo en un gra nestado de conservación.
Se trata en definitiva de una visita perfecta para conseguir una fiel imagen de cómo era una antigua ciudad romana y una idea real de la vida del día a día en la antigua Roma. Hay un pequeño museo de sitio donde se exhiben una serie de artefactos y profusa información sobre el historia de Ostia Antica.