«Salvemos Villa Adriana». Bajo este lema se está llevando a cabo estos días un movimiento de protesta inédito en Italia, que se moviliza tanto en la calle como en los juzgados para proteger la Villa del emperador Adriano, cerca de Roma, uno de los complejos arqueológicos más bellos del país, después de que las autoridades autorizasen la construcción de un vertedero de basura cerca del lugar.
A este movimiento de protesta, cuyos ecos están atravesando las fronteras de Italia, se han sumado asociaciones para la defensa del medio ambiente así como destacadas figuras de la cultura y el arte.
Fue la presidente de la Región del Lacio, Renata Polverini, la que solicitó el permiso al gobierno de Mario Monti para la construcción del polémico vertedero, a tan solo 700 metros de lo que fue en su día la residencia imperial de Adriano, construida en el siglo II e incluida desde 1999 en el catálogo de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
El tema ha dividido al mismísimo gobierno de la nación. Y es que esta mansión, en la que el emperador pasó sus últimos años es uno de los más bellos ejemplos del mundo de jardín alejandrino adornado con palacios, fuentes, termas, bibliotecas, teatro, templos y todo tipo de construcciones. Una villa que funcionaba en realidad como una pequeña ciudad.
Pero a pesar de las protestas hay una realidad que nadie puede esconder. Y es que Roma debe construir urgentemente un vertedero y muchos están dispuestos a hacerlo aquí a pesar de la amenaza de la Unión Europea de imponer una elevada multa a la ciudad.