Uno no viaja a Roma solo para ver monumentos, también está el imán de su famosa y suculenta gastronomía. Por eso es importante saber qué comer en Roma y, no menos importante, qué no comer, o mejor dicho, qué lugares, platos o momentos evitar.También es bueno saber ciertas cosas para evitar algún que otro ridículo.
Qué comer en Roma:
- Helado italiano. Hay un sabor para cada día del año. Para disfrutar de los mejores helados debemos buscar los carteles «produzione propria» o «artigianale».
- Caffe espresso. En ningún lugar del mundo es tan delicioso como en Italia. Imprecindble después del poster.
- Pizza al Taglio en los puestos callejeros. Se come con las manos. Una buena porción de pizza o focaccia es el mejor sustituto del bocadillo.
- Cacio e pepe (pasta de queso y pimienta), una especialidad romana.
- Vino en las comidas, porque estamos en Italia.
- Una delicatessen simple y económica es parase en algún comercio de alimentos y comprar un poco de pan, aceite de oliva, aceitunas y algo de queso, para componer un picnic perfecto a orillas del Tíber o en Villa Borghese.
Cosas que no debemos hacer:
- No estamos obligados a comer un menú completo con antipasto, primo, secondo, contorno y dolce. Las raciones son generosas, hay que pedir solo lo que vamos a comer de verdad.
- Comer pan con la pasta si no queremos que nos miren como a marcianos.
- La propina no es obligatoria, no hay que sentirse forzado, y menos si el servicio ha sido regular.
- No te metas en el primer restaurante que encuentres en las zonas más turísticas: Son caros y no siempre de calidad.
- Cuidado con los horarios: aunque estamos en el Mediterráneo es difícil que nos sirvan la cena más allá de las 21:00 h.