Este sábado un accidente aéreo en el aeropuerto romano de Fiumicino mantuvo en vilo a todo el país. Por suerte, y a pesar de que se ha saldado con el resultado de 16 heridos, dos de ellos graves, la cosa ha quedado en un susto y se ha evitado una catástrofe mayor.
El incidente fue protagonizado por un avión de la compañía Alitalia operado por la rumana Carpatair, un bimotor turbohélice ATR72 que realizaba la ruta Pisa-Roma, y que se salió de la pista cuando estaba completando la maniobra de aterrizaje a causa de los fuertes vientos que en ese momento azotaban las pistas del aeropuerto romano.
Todas las alarmas se encendieron y en un primer momento se temió seriamente por la vida de los 46 pasajeros y los 4 miembros de la tripulación, que finalmente pudieron ser evacuados del aparato. Dos de ellos, eso sí, fueron hospitalizados con graves heridas, una azafata y un pasajero con fractura de fémur. Fuentes del aeropuerto de la capital han anunciado que Alitalia, la compañía de bandera del país, ha decidido suspender de forma inmediata todos los vuelos operados por Carpatair.
En Fiumicino no se registraba un accidente de este tipo desde el 7 de septiembre de 2005, cuando un avión de Ryanair intentó realizar una aproximación en malas condiciones climáticas, viéndose obligado a regresar al aeropuerto de origen, el de Pescara. Por suerte, como en esta ocasión, todo acabó sin víctimas mortales.
Mucho más grave fue el accidente del 17 de octubre de 1988. Entonces, el vuelo 775 de Uganda Airlines procedente del aeropuerto de Gatwick en Londres y que realizaba una escala en Roma en su ruta hacia Entebbe. Dicho avión se estrelló cerca de la pista de aterrizaje tras dos intentos fallidos de aproximación, resultando muertos 26 pasajeros y toda la tripulación.