Roma es conocida como «la ciudad de las 7 colinas», hay incluso quien sabe recitarlas: Aventino, Capitolio, Celio, Esquilino, Palatino, Quirinal y Viminal.
Sin embargo, se podría decir que existe una octava colina, llamada Monte Testaccio o Monte dei Cocci, un promontorio artificial pero con un valor histórico fuera de toda cuestión.
y es que esta colina fue construida por los antiguos romanos entre los siglos I y III d.C, en pleno centro de la ciudad y de manera involuntaria, con los restos de millones de ánforas de arcilla que transportaban aceite a Roma desde las provincias de Hispania, Sicilia y África, los graneros del imperio.
Los recipientes que contenían esta preciosa mercancía se destruían y se apilaban ordenadamente en esta zona comprendida dentro de la Muralla Aureliana, donde también se arrojaba también cal para evitar los malos olores. En aquellos tiempos el concepto de reciclaje ni se concebía.
La colina tiene una superficie de 20.000 metros cuadrados y una altura aproximadamente de 45 metros. En la actualidad está prácticamente cubierta casi en su totalidad de vegetación, aunque todavía se pueden observar los restos de las piezas de cerámica. Se calcula que se depositaron allí más de 26 millones de ánforas a lo largo de casi dos siglos. Posteriormente, dentro de la colina se excavaron grottini o grutas que se emplearon como bodegas.
Hoy la zona del Testaccio es una de las más animadas de la noche romana donde incluso se han establecido pub sen el interior de algunos grottini como el Cave o el Testaccio Village.