Uno de los placeres de recorrer Roma a pie, aparte de sus monumentos y su ambiente callejero, es el de curiosear en los mercados. En cada distrito de la capital italiana hay más de uno, todos ellos diferentes pero igualmente encantadores en colorido y animación.
Pero el más famoso y más antiguo mercado de la capital es el Mercado de Campo dei Fiori, a pocos pasos del Panteón y de la Piazza Navona, el favorito de los turistas. Su atmósfera cosmopolita (los vendedores pueden llegar a hablar hasta 5 idiomas diferentes) hace de él un lugar único, aunque también es cierto que el éxito le ha restado algo de su autenticidad original. En los últimos meses se ha puesto de moda en los puestos de alimentación vender el pack bunga-bunga, en honor a Silvio Berlusconi, un paquete formado por un gran pimiento picante, sal, ajo y perejil.
El Mercado de Testaccio, tal vez por encontrarse algo más alejado de los grandes lugares turísticos romanos, ofrece otar imagen con muchos puestos de productos de diferentes regiones de Italia: Apulia, Toscana, Campania, Lombardía, Sicilia, Véneto, Cerdeña… Y por supuesto el Lazio. Además, los precios son más bajos que en el Campo dei Fiori, pero superiores a los de los mercados de lso barrios de las afueras. Los viernes el mercado permanece abierto todo el día, del 7 al 19 horas, y al mediodía la gente hace cola en lso restaurantes de la zona. Un plan perfecto.
Los mercados de Piazza Fontanella Borghese (libros y antigüedades) y Via Sannio (ropa y objetos de segunda mano) abren también a diario, menos los domingos. El último día de la semana queda reservado para el encantador , en el corazón del Trastevere. No visitarlo sería imperdonable.