¿Una vista panorámica a través del ojo de una cerradura? Sí, es posible. Se trata de uno de los grandes secretos de Roma, y se encuentra en lo alto de la colina del Aventino.
Hay que saber buscar esta «ventana» en sus jardines, un rincón que suele pasar desapercibido y desde el cual se obtiene una maravillosa vista de la parte derecha de la cúpula de la Basílica de San Pedro. En este lugar estuvo la puerta secreta que conectaba el Aventino con el Vaticano, una puerta que conduciría al Priorato de los Caballeros de Malta, la orden religiosa de los famosos caballeros cruzados.
Se trata también de un lugar histórico (como casi todos en la capital italiana por cierto). Aquí se levantó el palacio fortificado de Alberico II en el siglo X, más tarde un monasterio benedictino y después un palacio que perteneció a los Caballeros Templarios.
El elegante edificio que hoy admiramos es una pequeña iglesia llamada Santa María del Priorato. Una obra del siglo XVIII del famoso arquitecto y grabador Giovanni Battista Piranesi, también conocido por sus grabados románticos que representan la ciudad y enigmática y oscura serie de cárceles imaginarias (Carceri d’Invenzione).
Los motivos arquitectónicos del edificio evocan los barcos y el mar, inspirado en la tradición de larga data de la colina del Aventino siendo comparado con un barco. El diseño también incorpora muchos símbolos esotéricos y masónicos.
Las líneas del ojo de cerraduras el jardín coinciden de forma asombrosa con la silueta del Vaticano. Nadie parece ser capaz de decir con certeza si se trata de un mirador cuidadosamente planeado, o simplemente de una feliz coincidencia. En cualquier caso, no te lo pierdas.