Una de las vías comerciales más curiosas y encantadoras de Roma es Via dei Coronari. Coronari es la palabra con la que los italianos designan a los rosarios de perlas. Una elegante calle peatonal famosa por sus tiendas de antigüedades, encantador y tranquilo paseo que sigue el curso de la antigua calzada romana que unía la Piazza Colonna con el río Tíber y que antiguamente era muy transitada por los peregrinos.
Sus adoquines (sanpietrini) conservan la esencia de la Roma medieval, aunque en las fachadas se pueden apreciar algunos edificios renacentistas. Aquí se amontonan numerosas tiendas y establecimientos en cuyos escaparates relucen joyas, muebles de todas las épocas, lámparas, mesas y escritorios… Un verdadero espectáculo.
Via dei Coronari fue inaugurada oficialmente por el Papa Sixto IV. En su día fue la primera y única calle recta en el laberinto de vías estrechas y retorcidas de la Ciudad Eterna, por eso durante siglo sfue conocida simplemente por le nombre de Via Recta.
Fue la profusión de anticuarios y vendedores de objetos sagrados que aquí se asentaron muy astutamente a la caza de sus clientela, compuesta por los fieles que peregrinaban al Vaticano desde todos los rincones de Europa: no solo rosarios (coronari), también imágenes sacras, estampitas y toda clase de artículos religiosos.
A mitad de camino hacia el Ponte Sant’Angelo, se puede ver la fachada del Palazzo Taverna, que formaba parte de un complejo de edificios llamado Monte Giordano, comprado por la poderosa familia milanesa de los Taverna en el siglo XIX.