La ubicación geográfica de Roma, a medio camino entre el norte y el sur de Italia, dos mundos distintos pero igualmente fascinantes, hace que la Ciudad Eterna sea también un punto de partida ideal para recorrer el país, gracias también a su buena red de comunicaciones por tierra, mar y aire.
Conexiones con el norte
Muchos viajeros combinan su estancia en Roma con un tour fabuloso por la Toscana, para muchos la región más bella de Italia. La distancia entre la capital y Florencia es de 230 km y, además de la autostrada, existen buenas conexiones en tren. Desde allí, Pisa, Siena y otros destinos toscanos están a solo un paso.
Otra combinación viajera muy demandada es la de Roma y Venecia. La distancia con la capital del Véneto es algo mayor, casi 500 km, por lo que muchos valoran tomar el avión. lo mismo sucede con Milán (550 km) y Turín (650 km), y en general los destinos cercanos a los Alpes.
Conexiones con el sur y las islas
La principal ciudad del sur de Italia es la caótica y fascinante Nápoles, capital de la Campania. La distancia vuelve a ser grande, pero asequible por carretera: 225 km. Desde allí, Pompeya y el Vesubio están a un paso.
Más paciencia necesitaremos para asomarnos al Adriático en Bari o para llegar a la punta de la bota italiana, Reggio di Calabria, desde donde se dibujan los perfiles de Sicilia.
Como es lógico, para visitar las islas solo hay dos medios: por mar o por aire. Desde el puerto de Civitavecchia zarpan los ferryes regulares hacia Olbia en Cerdeña y Palermo en Sicilia. Por avión, desde los aeropuertos romanos también hay conexiones aéreas con la ciudad sarda de Cagliari y la siciliana Siracusa.