Unos 30 kilómetros al norte de Roma se encuentra la localidad de Tívoli, y en ella brilla con luz propia una de las joyas más valiosas del barroco italiano: la Villa d’Este, una suntuosa residencia famosa por su belleza arquitectónica y por sus majestuosos jardines.
En el interior encontramos estancias decoradas con fabulosos frescos en las paredes y los techos. Deliciosas obras de arte que suman su belleza a la de los magníficos paisajes del Lazio que se contemplan a través de los ventanales.
Pero cuando todos los visitantes se quedan boquiabiertos y extasiados es durante el paseo por los jardines de fantasía de Villa d’Este, verdes, frondosos y húmedos, decorados con más de 500 fuentes y esculturas. Lo más llamativo es la larga hilera de cien fuentes, su espectacular catarata y la fuente del órgano hidráulico.
Pasear por estos fantásticos jardines es una excelente idea para una excursión de un día si viajamos a Roma durante el caluroso verano.
Muchos turistas combinan la visita a Villa d’Este con la de la cercana Villa Adriana. A ambas se puede llegar en menos de una hora en coche desde la ciudad, aunque también se puede optar por el autobús(el tren no vale la pena, ya que es más lento y mucho más caro) o por una excursión contratada con guía en español.
Una vez allí, hay un servicio de shuttle bus que comunica Villa Adriana y Villa d’Este por solo 1€. La villa está abierta de martes a domingo todo el año y el precio de la entrada es de 8€. Vale la pena.