Visitas inmprescindibles para descubrir la Antigua Roma
Imposible concebir un viaje a Roma sin la visita a los vestigios que la capital italiana aun conserva de su glorioso pasado imperial, hace ya dos mil años. Algunos de sus restos son bien conocidos, otros verdaderas sorpresas y por último tenemos una categoría especial: los que han sido transformados por el tiempo, como el Panteón de Agripa, remodelado con magnificencia en el Renacimiento.
Lo mejor de todo es que la Roma antigua no para de crecer: cada nueva obra en el subsuelo romano depara nuevos tesoros, mientras nuevo e impresionantes hallazgos arqueológicos amplían nuestra visión de la capital del imperio más importante de la Antigüedad hasta límites insospechados.
Estas son las visitas imprescindibles para entender la Roma antigua:
El Coliseo, el gran icono de Roma. Este anfiteatro del siglo I d.C. fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1980 por la Unesco y como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Foro Romano, el centro del Imperio que domino todo el mundo conocido durante mil años. Sin duda, el verdadero santuario de la Antigua Roma.
El Palatino, la más céntrica de las siete colinas de la ciudad y el sitio que los estudiosos consideran como la verdadera cuna de la civilización romana.
Catacumbas de Roma, una increíble red de galería y pasillos subterráneas que sirvieron de lugares de enterramiento y en ocasiones de refugios a los antiguos cristianos.
Arco de Constantino, el último gran monumento de la época imperial que ahora podemos admirar no lejos del Coliseo.
Columna de Marco Aurelio, situado en la Plaza Colonna, ensalza las glorias militares de Marco Aurelio en las fronteras del Danubio frente a germanos y sármatas.
Mercado de Trajano, el primer mercado cubierto de la historia, levantado en el año 110 d.C por el arquitecto Apolodoro de Damasco bajo las órdenes del emperador Trajanoen la confluencia del Foro Romano y los Foros Imperiales.
Termas de Caracalla, que fueron en su día el mayor complejo termal de la antigüedad. En su época de máximo esplendor estos baños daban cabida a 1.600 personas, cubrían 10 hectáreas y sus instalaciones incluían gimnasio, bibliotecas, jardines y centros de entretenimiento.
